Se cumple un nuevo aniversario del frustrado cruce de octavos de final entre River y Boca, por la Copa Libertadores 2015.

“Mirá como están los jugadores” dijo Marcelo Gallardo. El Millonario salía a la cancha para jugar el segundo tiempo. Estaba a 45 minutos de la gloria, de dejar afuera a su máximo rival, en su cancha, y con toda su gente. El resultado global era 1 a 0 en favor del Más Grande y el primer tiempo había terminado 0 a 0.

En la manga, mientras un grupo de futbolistas esperaban por el resto de la oncena que Gallardo había dispuesto para salir a la cancha y jugar el segundo tiempo, el gas pimienta introducido por El Panadero, cantó presente. Un joven Sebastián Driussi fue el primero en sentirlo y en aparecer en el campo de juego, ante la mirada de los hinchas locales. Los hinchas de River, que lo veían por televisión, necesitaron subtítulos y tiempo para entender lo que estaba pasando. Luego, todo se empezó a aclarar cuando Sebastián Driussi, Leonardo Ponzio, Lionel Vangioni, Matías Kranevitter, Gonzalo Pity Martínez y Ramiro Funes Mori se vieron afectados por el gas.

Los jugadores de La Banda tenían los ojos irritados y las camisetas manchadas por el color del gas pimienta: estaban totalmente fuera de partido. El Millonario tuvo una noche trágica en la Bombonera y recién pudo irse del estadio, entre botellazos y encendedores voladores, casi dos horas después del anuncio de la finalización repentina del encuentro bajo un cordón policial.

Desde las afueras del estadio ya se sentía un clima extraño, diferente a todos los otros en los que había estado como reportero gráfico. Mucha tensión, la famosa bandera premonitoria, y la sorpresa ante el primer tiempo de equipo del Muñeco. pic.twitter.com/NcN6Myovuu

— Federico Peretti (@fedeperetti) May 14, 2021

El partido se suspendió y nunca se reanudó. CONMEBOL se lo dio ganado a River y los dirigidos por Napoleón se clasificaron a los cuartos de final, donde enfrentaron a Cruzeiro. Luego, su camino continuó hasta llegar a la final soñada y ser campeones de la Copa Libertadores. Fue la primera obtención del certamen sudamericano más importante con el Muñeco en el banco.

Lo que pasó esa noche fue un bochorno. Una total falta de empatía. Los de Núñez fueron agredidos y, lo que debería haber sido una sanción ejemplar para Boca, terminó en la nada. El 14 de mayo se recuerda el Superclásico que nunca se terminó, pero pocas se toma dimensión de que fue una noche vergonzosa en la historia del fútbol argentino.