El ex arquero del Millonario contó la inédita técnica que utilizó para ese momento de máxima presión que marcó un antes y un después en la historia de los Superclásicos.

Marcelo Barovero fue uno de aquellos jugadores de la primera camada de Marcelo Gallardo que quedará por siempre en el corazón de los hinchas riverplatenses. Siendo capitán y referente del plantel, Trapito logró obtener cinco títulos –entre ellas una Copa Libertadores- a base de míticas actuaciones.

Sin embargo, por lo que más se lo recuerda al portero es por haber sido protagonista y autor de uno de los momentos más importantes y cruciales en toda la era del Muñeco en la institución de Núñez: el penal atajado a Emanuel Gigliotti, el 27 de noviembre de 2014 en el estadio Monumental.

17 segundos después de haber comenzado el encuentro, Ariel Rojas quiso rechazar una pelota dentro del área y no vió que le llegó justo Marcelo Meli, quien le birló la pelota y el volante del Millonario le terminó pateando la pierna. Producto de ello, el árbitro Germán Delfino decidió cobrar la falta y penal parta el clásico rival.

Dos minutos después de que todos los futbolistas del Millonario protestaran, el delantero de Boca Emanuel Gigliotti decidió que él iba a ser el encargado de ejecutar desde los doce pasos. Una vez que definió dónde rematar, el "Puma" le pegó a la pelota y la dejó a media altura del lado izquierdo del arco. Sin embargo, Trapito le adivinó el lugar y sacó el balón para un costado, que luego un defensor desviaría al lateral.

En esta sintonía, en las últimas horas el actual arquero de Banfield recordó aquella mítica atajada con Tyc Sports y brindó una revelación muy particular: uso técnicas de respiración para maximizar la concentración.

“Apenas cobra el penal Delfino ni siquiera voy a protestar. Me alejo totalmente del arco y mediante diferentes técnicas de respiración que nos enseñó Sandra Rossi buscaba tener la lucidez suficiente en ese momento tan difícil”, declaró Trapito.

Además, también habló de cómo la técnica de respiración impacta en un momento tan crucial: "Cuando arranca el partido es el momento de mayor tensión y es cuando más cuesta respirar por el alto grado de ansiedad, y a los 20 segundos tuve esta situación. Me aferré a este trabajo. Tratábamos de aprovechar los momentos que había para seguir entrenando. Hay que tener mucho respeto a los profesionales, y dejarse informar, guiar, escuchar. El fútbol es muy cerrado en esas cosas", promulgó.

Por su parte, manifestó que esa atajada fue la más importante de su carrera, ya que esa tapada después le permitió obtener el título, además de remarcar que ese encuentro marcó un antes y un después en la historia de los superclásicos.

“El penal a Gigliotti es el momento individual más fuerte de mi carrera en River. Pero en ese instante quedaban todavía casi 90 minutos de partido y no pude disfrutar a pleno. De todas maneras, terminó siendo mucho más importantes luego quedarnos con la Sudamericana”, explicó.

“Ese triunfo marcó un antes y un después en el plantel. Porque una derrota nos hubiese hecho tambalear anímica y futbolísticamente. Después de eso vinieron todos los logros seguidos, el grupo tomó más confianza y no paramos de ganar cosas”, concluyó.

Bruno Ronconi

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