El juvenil que optó por desvincularse del Más Grande y probar suerte en el sur. El sabor amargo de una decisión que se vio forzada por la pandemia.
Con 11 años había llegado de su Clorinda natal para cumplir el sueño de probarse en River, pero la distancia fue más fuerte y volvió al poco tiempo para estar con su familia. Dos años después, escuchó los consejos de su familia y se dio una segunda oportunidad. Desde ahí recorrió las inferiores superando cada categoría hasta asentarse en la Reserva. Pero para Sebastián Medina quedó la cuenta pendiente de debutar en Primera.
El formoseño, con 21 años, dejó el club para continuar su carrera en Guillermo Brown de Puerto Madryn, a 2400 km de su familia y jugar en la Primera Nacional. “Con todo esto de la pandemia la realidad es que ya veníamos cinco meses parados, como todos obvio, y lo que es Reserva e Inferiores ya nos habían dicho que no iba a volver”, contó Ceviche. Las posibilidades de competir en lo que restaba del año eran nulas y solamente proyectaban volver a entrenarse en equipo, entonces el juvenil agregó: “No quería estar sin actividad hasta enero, sin saber que puede llegar a pasar”.
Luego de cerca de 8 años unido por los colores, ahora afrontó una partida inesperada en sus planes de comienzo de año. Al club le quedó un 20% de su pase, para una futura transacción, pero fuera de los números, para el mediocampista hay otras emociones que corren a pesar de saber que tomó la mejor decisión que tenía a su alcance: “A nadie le gusta irse de un club como River, donde siempre te brindan todo y te tratan como profesional desde chico”.
Ya instalado hace cuatro días, en una ciudad que no conocía, el ex River tuvo que prepararse para atravesar las rutas de la Patagonia para llegar desde Buenos Aires a Chubut. “Tuve que sacar como cinco permisos, pero no fue tanto problema el viaje y ahora tengo que hacer 14 días de cuarentena, hasta que me hagan los testeos y después recién me sumo a los entrenamientos”. Guillermo Brown se encargó de todo y viajó en auto con tres chicos de Estudiantes, que por suerte para él, uno había estado en la pensión en River y se conocían.
En el recuerdo de Sebastián quedarán las cosas más lindas que vivió con el club. ”Y lo qué más me quedó, por decirlo de alguna manera, es la forma en que te tratan y te exigen como profesional desde chiquito, tanto dentro como fuera de la cancha. Y de experiencias tengo miles, como los viajes, los torneos afuera, y los clásicos desde Pre novena a Reserva, que por suerte me toco jugar todos”, cerró Medina.
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