Pasado el Superclásico el club tomó algunas medidas que el fin en sí está bien, pero que por algunas fallas en el sistema perjudicó a un gran número de socios que nada tenían que ver.

La Grandeza de River no tiene dimensión desde cualquier punto de vista. Títulos, estadio, su gente. Por algo desde que volvió el público tras la pandemia, el Monumental siempre está lleno. Así fue también como el club le fue buscando una mano al expendio de entradas y desarrolló el River ID, para que cada uno tuviera su documento riverplatense y frente a Boca se dejaron de emitir tickets por separado.

Pero el hecho de cargar los tickets en este carnet de socio y Somos River, llegaron las complicaciones. Por un lado, están los  vivos que se aprovechan y quieren colarse sin tener los boletos para entrar al Monumental. Por el otro, la falla del sistema, tanto en la venta como en la lectura de las tarjetas para acceder. Acá también existieron tanto hinchas que habían logrado sortear las filas virtuales y llegaron al final de la operación, pero que nunca le arribaron las entradas, como los que al intentar entrar al estadio los molinetes arrojaban un error.

Para el primer punto mencionado, es el más complicado, porque la dirigencia debería destinar el doble de personal para intentar frenar a los inadaptados que van con entradas viejas o con el carnet pero sin la entrada sacada. De hecho, previo al inicio del partido comunicaron que todo aquel que quisiera acceder iba a ser sancionado. Así fue como al día siguiente fueron firmes y comunicaron la suspensión de 1048 socios y miembros de Somos River por seis meses.

Sin embargo, no tardaron en aparecer testimonios de personas que siguen siempre al Millonario, que tenían todo en regla y que no podían entrar al partido. Como el caso de Tiara, que desde la Sívori Baja cada fin de semana dice presente y no pudo ver el Superclásico porque el molinete no leía su carnet. Ella había comentado en vivo para la TV que se había acercado al club y que desde el departamento de socios le aseguraron que no iba a tener inconvenientes.

Y lo peor no es que no pudo entrar a ver el partido, sino que a los pocos días recibió por mail la notificación del club sobre la sanción por intentar ingresar, con la entrada que nunca leyó el sistema, a un partido al que soñaba ver.

Como también el caso de Pablo, socio desde 2008, que fue con su hijo de 9 años y llegó dos horas antes para poder estar tranquilo.  ”Desde que tiene un año va a la cancha y jamás tuvimos problemas”, contó.  Pero la semana pasada llegaron las malas. El club le hizo llegar un mail para comunicarle la suspensión de Santino.

Conocimos por otra parte la experiencia de Malena, que al llegar al molinete no le leía el carnet pero que pudo ver el partido. “Me dijeron que hable con el coordinador y él me dio acceso”, explicó. Ella tenía entradas para la Sívori Alta, y ahora tiene el temor de que le bloqueen el carnet porque al intentar ingresar fallaba el sistema. “El día anterior me llegó un mail que decía que mi carnet estaba habilitado para ingresar con la tribuna y todo”, se justificó.

Ahora los damnificados deberán ir hasta el club, porque los teléfonos desde hace años que no son atendidos, para hacer el descargo correspondiente. El calendario da por suerte un poco de espacio porque recién el domingo 10 de abril será el regreso al Monumental, pero no deja de ser un trato injusto para los socios que hacen las cosas bajo las de la ley.

Joaquín Ferrero

Joaquín Ferrero

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