River tuvo su noche épica y estuvo a escasos segundos de lograr un nuevo pase a la final de la Copa Libertadores. No se dio el resultado. Orgullo inmenso.

El milagro no pudo ser, pero si de algo estamos seguro es que hoy somos Más Grandes que nunca. Los dirigidos por Marcelo Gallardo mostraron estar a la altura de cualquier situación que se le ponga enfrente. Se pudo ver entonces que La Banda viajó a Brasil con la ilusión intacta de conseguir una nueva marca histórica para la institución.

La noche comenzaba con un ida y vuelta, pero rápidamente Franco Armani iba a ser vital en un mano a mano contra Rony. Momentos después el Millo tuvo un contraataque con Borré y Suárez como protagonistas pero que no pudo terminar en gol. Los minutos corrían y River se adueñaba de la cancha y el partido, mientras que Palmeiras trataba de ralentizar al máximo un desarrollo que se inclinaba claramente hacia los de Núñez.

A los 29 minutos, Robert Rojas iba a estampar de cabeza el 1-0 parcial tras un corner de De La Cruz, para comenzar a transitar el camino a lo épico. Si bien los de Abel Ferreira intentaron frenar el impacto riverplatense, no pudo irse al descanso sin recibir otro cachetazo. A los 44 minutos, con asistencia de Matías Suárez, el colombiano Borré ponía el 2-0, con sabor a más diferencia.

Ya durante el complemento, con tan sólo 7 minutos disputados, Gonzalo Montiel ponía el 3-0 que minutos después sería anulado por el VAR, nuevamente en el ojo de la tormenta por su bochornosa actuación. Napoleón arengaba a sus futbolistas por lo realizado y seguía demostrando su superioridad como lo fue durante los 90 minutos. A los 73, el Millonario se quedaba con uno menos por la doble amarilla y expulsión del paraguayo Rojas.

Con diez en cancha, el VAR le anuló un penal cobrado por Ostojich a Suárez, cuando Montiel tomaba carrera para patearlo. Y a dos minutos del final, la terna arbitral hizo la vista gorda en un terrible golpe de puño del arquero de ellos a Paulo Díaz. Insólito.

A continuación se pudo ver un equipo con entrega y garra hasta los últimos segundos, plasmando así la representación que los fanáticos sienten al verlos. Fue victoria pero no pudo lograrse una nueva final, aunque no queda más que inflar el pecho de orgullo por el duelo jugado.

Francisco Ferrante

Francisco Ferrante

Más del autor

Dejá tu comentario