En una de esas noches que sale todo bien, River goleó a Estudiantes con goles que valieron un poco más.

Después de varios cachetazos y traspiés, el hincha de River pudo tener una noche de alegría como en las mejores épocas de hace no mucho tiempo. Con autoridad y manejando todo el partido, el equipo de Gallardo ganó, gustó y goleó como nuestra historia manda. Pero más allá del resultado obtenido me quiero quedar con la importancia de cada uno de los tantos que eran necesarios para todos, pero sobretodo para los jugadores que los convirtieron.

En primer lugar hago mención a Miguel Borja, muchas veces castigado sin un argumento muy válido: "no presiona, no corre". Se trajo un 9 de esos de área, no esperen que sea Borré, Julián Álvarez o hasta el mismísimo Beltrán. En menos de seis meses, el colombiano se convirtió en el goleador del equipo en el torneo y lo hizo sin pretemporada; además metió su primer doblete con nuestra casaca.

Otro que andaba torcido era Pablo Solari, para muchos el mejor refuerzo del año. Arrancó muy bien, luego se apagó e incluso fue suplente ante Estudiantes. Ingresó por la lesión de Beltrán y después de dilapidar varias oportunidades pudo festejar. Muy importante para sumar confianza y ser el de los primeros partidos.

Sin dudas el festejo más desaforado fue el de Esequiel Barco, un pibe al que no le sale nada, intenta, va y parece todo salirle al revés. Su tanto fue un terrible desahogo, para alguien que también fue muy criticado, lamentablemente a los habilidosos se le pide siempre más. De mi parte, subido a este tren desde el primer día y no me pienso bajar porque me recuerda mucho a alguien que me dio varias alegrías.

Por último el más emotivo de la noche, el de Matías Suárez que no pudo en la primera y en el rebote cerró la goleada. En vez de salir corriendo a gritarlo, se tocó el pecho y pidió perdón. ¿Perdón porqué? ¿Por errar un penal?. No señor, usted no tiene nada porque ser perdonado, en ese momento la pelota la agarran los que tienen lo que hay que tener, después se puede fallar es parte del juego. Ojalá pueda recuperarse físicamente porque su calidad es distinta a la de todo el plantel.

Cristian Vallejos

Cristian Vallejos

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